Es un film para ver en un rato libre. No es una comedia tradicional. Tampoco hay escenas de sexo con la muñeca ni mucho menos. Lars es un muchacho de un pueblo norteamericano con mucha soledad. Ambos (Lars y su muñeca), transitan el camino del conocimiento mutuo y hacia los demás a partir de la locura del personaje, que se descubre y reinventa en sus relaciones con los otros a partir de la introducción de esta muñeca en su vida. La película no se desbarranca(aunque muerde la banquina a mi criterio) porque no llega a los puntos bajos que esperaríamos de una película con semejante argumento. El grán mérito: se puede ver. El gran defecto: la inverosimilutud de que todo un pueblo esté compenetrado en la problemática de un lunático y nadie le clave una cargada. Eso no sucedería ni siquiera en el pueblo más pueblo. Se puede ver. (3/5)
Que vuelvan las ideas
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