Indicador de la mejora en las condiciones de vida de más de 6 millones de argentinos
Sea en su vivienda, lugares de
estudio, trabajo o en cualquier otro lugar, la gran mayoría de los argentinos
van al baño, se sientan en un inodoro, hacen sus necesidades, tiran la cadena,
botón o perilla, el agua lo arrastra todo y un sistema de desagües cloacales se lleva
las excretas hacia la zona de vuelco o tratamiento. En otros hogares, hay un
pozo ciego con o sin cámara séptica que servirá de depósito subterráneo del
líquido indeseable. Todo este proceso que podríamos denominar “la evacuación de
las excretas” es para una inmensa mayoría algo tan elemental y natural que existen algunos que ni siquiera jamás se
detuvieron a pensar en este sistema básico que todo hogar debería tener. Esta
condición básica de las viviendas (el baño con inodoro y con arrastre de agua)
hace posible que no se desarrollen enfermedades infecciosas, erupciones en la
piel, diarreas y otro tipo de males provocados por la falta de la misma. Hay una mala noticia y una buena. La mala es
que todavía hoy existen hogares que carecen de inodoro con arrastre de agua
(pueden ser letrinas u hoyos en la tierra). La buena noticia es que en el 2001,
1 de cada 5 argentinos no tenía inodoro con descarga de agua o directamente no
tenía inodoro. En el 2010, 1 de cada 50 argentinos no tienen inodoro. Si bien
es una cuenta pendiente y es mucho lo que falta sanear, de 7.286.412 personas
que representaba al 20% de la población total de la Argentina, se pasa en 2010
a 1.071.600 que representa un poco menos del 2%. Una reducción tan
significativa que los números lo dicen todo.
Fuentes:
Cuadro P39. Total del país. Población en viviendas particulares por tipo
de desagüe del inodoro, según provisión y procedencia del agua. Año 2010 –
Censo 2010 INDEC
Y
Cuadro
4.6 Total del país. Población en
hogares por servicio sanitario según provisión y procedencia del agua para
beber y cocinar. Año 2001 – Censo 2001 INDEC
0 comentarios:
Publicar un comentario