27.5.10

El minuto a minuto ya mide nuestras conversaciones.




Se me ocurrió escribir este post a partir de un mensaje en Twitter que dejó Hernán Brienza, en donde decía que era muy difícil escribir allí ya que se reduce el pensamiento y el debate y que además, la razón como generadora de consenso necesita de la argumentación...

Hace ya largo tiempo que vengo notando un fenómeno repetido de la comunicación entre pares. La primer constación es que en casi todos los ámbitos en los que me desempeño (laboral, académico, amistades, vecinos) hay una sutil pero contundente trasformación. Se trata por un lado de un modo grupal de debate cara a cara que no respeta los tiempos del que habla, que se interrumpe y se replica arriba del otro. El segundo fenómeno que observo es la secuencia corta de frases que intentan ser contundentes, a modo de lemas. Se trata de producir por un lado el mayor impacto posible con la mayor economía de palabras. El resultado que observo,
y por ser repetido es que me llama la atención, es un encadenamiento de frases cortas superpuestas que componen un relato particular. El disenso no se da a partir del desarrollo de la idea, del argumento o del relato (aunque sea corto). EL disenso se produce
por un repentino y abrupto "no, yo creo que..." conectado por un hilo delgadísimo o directamente desconectado totalmente de lo anterior. Esto es producto de que la mayoría de las veces se está más concentrado en la trasmisión de la idea propia que de la escucha ajena. Se podrá argumentar que esto no es nuevo, que ocurrió siempre.Se podrá argumentar también que deviene de un segmento poblacional particular. Por supuesto que no estoy en condiciones de afirmar con certeza científica mis preliminarísimas hipótesis. Pero yo creo que lo novedoso está dado por la masividad del asunto en cuestión. En esto, creo que influyen notablemente los nuevos modos de comunicación a partir de internet (redes sociales) , la telefonía celular y sus SMS, la radio y tv que cada vez más asumen que el tiempo es tirano y utilizan una porción mayor del aire para publicidades, en detrimento del contenido.
Lo novedoso es todo este combo junto y su uso simúltaneo:

El mensaje de texto: requiere una economía de palabras por su propio formato.
Hablar por telefono celular: salvo los casos con abono libre, requiere de la habilidad de poder trasmitir un mensaje en un minuto, a partir de la tarifa costosa.
Facebook: se trata de escribir frases contundentes para llamar la atención del otro. Los debates son en general con frases que no superan las 10 o 15 palabras.
Twitter: es el colmo de la economía de palabras. Es el estremo (de gran difusión, hay que decirlo) en el cual ni siquiera se puede desarrollar una frase corta. La puntuación tiende a desestimarse porque...OCUPA LUGAR!!!Tal vez debe su éxito precisamente
a esto, ya que no hace falta esforzarse para capturar la atención del otro, solamente embocarle con las palabras adecuadas de alto impacto.
TV: cada vez más interactúa con las redes sociales y los programas están más plagados de publicidad encubierta o descubierta.
Además se baila al compás del minuto a minuto, de un modo perverso y voraz.
RADIO: es en el único medio en el cual se pueden generar algunos silencios y debates más extensos. CUando se trata de varios periodistas
se llega al mismo sitio: una inconfundible catarata de frases superpuestas, conectada por un hilo muy delgado.

Para reflexionar un poco, el tema ni por casualidad queda agotado acá...Gracias Hernán por la inspiración.

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